Es innegable que Grand Theft Auto
es un fenómeno de masas. Solamente hay que mirar sus cifras de ventas para
darse cuenta de que causa furor en el público. También las críticas son mayoritariamente
favorables, pero… ¿Quién lo critica?
Pues ayer saltó la noticia de que
la cadena de venta de videojuegos australiana Target, cesó la venta de la última
entrega de la saga alegando que los usuarios se quejaban del mal trato que se
le da a la figura de la mujer dentro del juego. De este se dice que es un juego
enfermizo que anima a los jugadores a cometer violencia sexual y a matar
mujeres. La respuesta de los usuarios no se ha hecho esperar.
Y es que esta mañana apareció una
petición en Australia, sospechosamente similar a la de GTAV en la que se pide que
se pare la venta de biblias, debido a que estas influyen negativamente en la
figura de la mujer.
Me parece un modo bastante
inteligente de darle la vuelta a la situación, demostrando por un lado lo
ridículo de prohibir la venta de un producto de entretenimiento que ya ha sido
calificado por los organismos pertinentes como contenido para adultos y que
además se engloba dentro de un mundo de ficción. Por otro lado, me parece un
modo ingenioso de mostrar esa doble moral que se esconde dentro de la sociedad,
que es capaz de discriminar a un videojuego por el hecho de ser violento, pero
que sea capaz de tolerar la gran cantidad de atrocidades que se encuentran
recogidas en otros formatos de entretenimiento, como pueden ser los escritos.
Mi pasaje no violento preferido de la biblia es cuando uno de los discipulos le corta la oreja a un pobre hombre y Jesus se la pega con sus poderes divinos. Esto en GTA no pasa.
Y es que puestos a retirar
videojuegos a causa de la violencia o de la mala imagen que se da de las
mujeres, no se salvaría ni Nintendo. La historia de un hombre, de profesión
fontanero, que recorre medio mundo para tratar de salvar a una princesa dado
que esta no es capaz de valerse por sí misma, no me parece dar una imagen de la
mujer demasiado correcta.
¿Entonces a que responde esta
retirada de mercado? Pues simple y llanamente a los prejuicios que históricamente
persiguen a los videojuegos y es que existe gente que asocia la agresividad de
los niños, con los videojuegos a los que juega. Esto es un argumento desde mi
punto de vista estúpido y que solo demuestra que es necesario señalar a un culpable
externo, cuando quien ha hecho una mala acción es las propia persona, no el
videojuego. También he de decir que una mente no acabada de formarse, como es
la de un niño. ¿Qué hace jugando al GTA o al Call of Duty? Realmente son sus
tutores los que les suministran los recursos o el propio juego, así que estos
deben ser responsables de lo que están acercando a la infancia.
Lo importante de todo esto no es
prohibir los videojuegos, las películas o las biblias. Lo importante es formar
los cerebros de las personas para que sepan lo que están viendo, que sean
conscientes de lo que está bien y lo que está mal y que aprendan a solo
trasladar al mundo real aquellas cosas que si valen la pena.
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